La Asociación Española de la Posventa del Vehículo Industrial (AERVI) comparte la preocupación trasladada por la Unión Europea de Transportistas por Carretera (UERT en sus siglas en inglés) a la presidenta de la Comisión europea, Ursula Von der Layen, y al Comisario de Transportes, Apostolos Tzitzikostas, por la nueva iniciativa legislativa del ejecutivo comunitario para forzar la electrificación de las flotas de transporte en toda la Unión Europea.
La UERT considera que una descarbonización sin un proceso de transición proporcionado y realista, que no tenga en cuenta el principio de neutralidad tecnológica para conseguir los objetivos de reducción de emisiones establecidos por Bruselas, podría tener un importante impacto negativo, especialmente entre las pymes del sector del transporte. Desde AERVI se entiende que, eventualemente, también entre las empresas de la posventa de automoción que mantienen y reparan el parque de vehículos industriales que circula por Europa.
La Comisión Europea avanza en la aprobación de una propuesta legislativa destinada a acelerar la electrificación de la actual flota de transporte. El objetivo es incrementar la proporción de vehículos de cero emisiones, que hoy en día apenas representa el 1,5% del total de camiones pesados que circulan por la Unión Europea.
En este contexto, la UETR —organización que agrupa a más de 230.000 pequeñas y medianas empresas de transporte por carretera— ha remitido una carta a Ursula von der Leyen y Apostolos Tzitzikostas para reiterar su apoyo a la meta de alcanzar la neutralidad climática en 2050, impulsando la descarbonización del transporte de mercancías. Sin embargo, la entidad subraya la importancia de que esta transición se realice de manera “viable y equitativa, garantizando la sostenibilidad del ecosistema del transporte”, advirtiendo que cualquier imposición legislativa “podría alterar el equilibrio del mercado, reducir la flexibilidad operativa e impedir las inversiones de los pequeños transportistas y operadores de flotas”.
Según la UETR, el impacto de medidas obligatorias sería particularmente grave para las pequeñas empresas, que a menudo disponen de recursos financieros limitados y operan con márgenes de beneficio muy ajustados, lo que les dificultaría asumir nuevos costes. A ello se suma la insuficiencia actual de infraestructuras de recarga y repostaje, así como el encarecimiento de la energía, factores que agravan la situación y ponen en riesgo la viabilidad económica de los transportistas.
Con el propósito de garantizar una transición justa, factible y efectiva hacia un transporte de mercancías libre de emisiones, la UETR propone los siguientes principios fundamentales:
- Evitar cualquier medida de carácter obligatorio que imponga, directa o indirectamente, la adquisición de vehículos de cero emisiones a los transportistas.
- Acelerar el desarrollo de infraestructuras de recarga y repostaje, priorizando los corredores de transporte pesado y los principales centros logísticos.
- Promover incentivos específicos —en lugar de mandatos— que faciliten a las pymes la renovación de sus flotas y la adopción de tecnologías limpias.
- Mantener la neutralidad tecnológica dentro del marco legislativo, reconociendo el papel de los combustibles renovables y de bajo carbono en la transición energética.
Por todo ello, la UETR hace un llamamiento a la Comisión Europea para que asegure una transición sostenible basada en la cooperación, la proporcionalidad y el pragmatismo, centrando los esfuerzos en el desarrollo de infraestructuras, el impulso de incentivos y la promoción de la innovación, permitiendo así que todos los actores del sector avancen hacia un futuro descarbonizado de manera realista y equilibrada.