La Asociación Española de Posventa para Vehículo Industrial (AERVI) reafirma su defensa de la neutralidad tecnológica para avanzar en una descarbonización económicamente sostenible del transporte de mercancías. La organización empresarial que representa los intereses de la distribución española de recambios para vehículo industrial se suma así al mensaje lanzado la pasada semana por la Unión Europea de Transportistas por Carretera (UETR) junto a otras 20 asociaciones europeas representativas de la industria de fabricación de combustibles y la energía.
En un carta carta conjunta a los Estados miembros de la UE las mencionadas entidades muestran su preocupación sobre las futuras normas de reducción de las emisiones de CO2 para vehículos pesados al no considerar la opción de los eco-combustibles en el camino hacia la descarbonización del transporte de mercancías.
Estas organizaciones reiteran en la misiva su firme compromiso con los objetivos climáticos de la Unión Europea, pero consideran un error basar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero exclusivamente en los vehículos pesados eléctricos de batería o propulsados por hidrógeno, ya que los combustibles neutros en CO2 pueden acelerar la transición hacia un sector pesado más sostenible, al proporcionar opciones adicionales respetuosas con el clima para la descarbonización del transporte por carretera.
Sin embargo, en lugar de adoptarse diversas soluciones respetuosas con el clima para frenar las emisiones del transporte, las instituciones europeas siguen tratando a los combustibles renovables del mismo modo que los combustibles fósiles y consagran un marco restringido que, de facto, sólo permite el despliegue de tecnologías de propulsión basadas en hidrógeno y baterías eléctricas.
Las organizaciones firmantes de la carta conjunta consideran que el sistema de transporte no puede correr el riesgo de seguir un camino restringido hacia la descarbonización. En lugar de adoptar una actitud restrictiva, se necesita una estrategia basada en la disponibilidad de múltiples soluciones, basadas en tecnologías maduras y asequibles, lo que reforzaría la seguridad de la planificación a largo plazo al proporcionar más salvaguardias contra las perturbaciones del mercado y los aumentos de los costos para el consumidor.
Por ello, concluyen destacando que Europa tiene la responsabilidad no sólo de legislar para un cambio sostenible, sino también de garantizar que esta transición se gestione con éxito de manera que refleje las diversas necesidades y realidades de nuestras empresas y sociedades y ofrezca una amplia variedad de soluciones viables.